Sajama

25 a 28 de abril, 2008

Después de unos días en Oruro, retomamos las excursiones. Esta vez vamos hacia la parte noroeste del departamento de Oruro, donde se encuentra el Nevado Sajama, la montaña más alta del país con 6548 msnm.
Haciendo primero cambio de flota en Patacamaya, paramos en la población de Curahuara de Carangas, donde se encuentra una iglesia colonial del siglo XVII conocida como la Capilla Sixtina Andina por sus frescos que decoran todo el interior del edificio. Visita impresionante en la que nos guía el propio padre de la parroquia. Terminamos de visitar el pueblo, otra iglesia y unas chullpas.
A 5 Km. se encuentra el cruce en la carretera principal, donde comiendo charquekan esperamos a que pase alguna movilidad en dirección a Chile. Casi dos horas después tomamos una flota hasta el cruce Sajama, el problema es que queda a 11 Km. del pueblo. Por suerte nos recoge el dueño del Hostal Sajama donde nos alojaremos. Es un pueblecito pequeño en medio de un terreno arenoso con pajabrava y rodeado de volcanes dormidos. El sitio es frío y ventoso, y sólo destaca la iglesia de adobe, como todas las de la zona.







El primer día, con un tiempo espléndido, vamos en bicicleta hasta las aguas termales. Allí disfrutamos de un baño en la poza con agua a 50ºC y vistas al Sajama y los Payachatas (dos volcanes gemelos). En la tarde perseguimos a un grupo de llamas para sacarles fotos y después regresamos al pueblo, donde ya empieza a hacer frío.





El segundo día salimos bien temprano hacia la zona de los géiseres. Son las siete de la mañana y el termómetro todavía marca temperaturas negativas hasta que no sale el Sol por detrás del majestuoso volcán que da nombre al parque. Tras 8 km. de caminata, en los que vemos llamas y vicuñas, llegamos a los géiseres, que con coloraciones verdes y anaranjadas escupen agua hirviendo. Regresamos a Sajama y después del almuerzo enfilamos camino hacia el Bosque de Queñuas, al pie de la montaña. La queñua es un árbol cuya corteza parece papel. Pasamos el bosque y ya sin camino seguimos monte arriba entre yaretas hasta los 4715 msnm., con la cima ya más cerca pero medio nublada. Regresamos a nuestra cabañita antes que anochezca.







Al tercer día esperamos medio helados el truffi en la plaza a las 6 de la mañana. Nos lleva hasta Lagunas, pueblo ya muy cercano a la frontera con Chile. Hace tanto frío que para rehacernos quemamos pajabrava (un arbusto) imitando a los lugareños. Visitamos el pueblo también con varias iglesias coloniales.
Ya de regreso, caminando por la carretera llegamos de nuevo al cruce Sajama donde cogemos un truffi hasta medio camino entre Curahuara y Patacamaya. Allí bajamos para visitar las chullpas que abundan en este extenso altiplano. Los Chullpares son antiguas tumbas aymaras hechas de adobe. Recorridos varios quilómetros para ver estas torres funerarias cogemos de nuevo una movilidad hacia Patacamaya y Oruro. Antes de ir a la casa nos damos el gustazo de una sauna y un buen baño.






Información práctica:
- truffi Patacamaya-Curahuara de Carangas: 15 Bs. / 1h30min
- ingreso Capilla Sextina: 15 Bs. (5 Bs. nacionales)
- flota Curahuara de Carangas-Sajama (cruce): 10 Bs. / 1h.
- del cruce a Sajama hay 11 Km.
- ingreso Parque Sajama: 30 Bs.
- cabaña Hostal Sajama: 35 Bs. x persona
- alquiler bicicleta: 25 Bs. x día
- ingreso aguas termales: 2 Bs.
- truffi Sajama-Lagunas: 5 Bs. (sólo sale a las 6:00h.)
- truffi Lagunas-chullpas: 10 Bs. / 1h45min.

Oruro

24 de abril, 2008

La ciudad gris de Bolivia. Después de tres días de aventura por el Salar aprovechamos para descansar en casa de los tíos. Visitamos el santuario de la Virgen del Socavón, donde se encuentra el acceso al Museo de la Mina. Saliendo se encuentra un enorme tobogán de cemento por el que resbalamos.
Al día siguiente nos dirigimos a la parte norte de la ciudad para ver la Rotonda del Casco, que representa la leyenda de la Virgen del Socavón y se construyó cuando nombraron al Carnaval Patrimonio Intangible de la Humanidad. En la misma avenida se encuentran esculturas de varios de los bailes típicos.
Son las 8 de la noche y vamos a comprar uno de los platos típicos: el rostro asado (cabeza de cordero al horno), tan rico como curioso de comer.











Salar de Uyuni

18 a 21 de abril, 2008

Llegamos de madrugada a la población de Uyuni y nos quedamos en la flota hasta el amanecer. Hace tanto frío que apenas podemos dormir. Cuando despunta el día bajamos y mientras recogemos nuestras mochilas ya hay un tipo buscando turistas para completar los tours que van a salir dentro de unas horas hacia el Salar. Un breve regateo y vamos a su oficina donde nos da detalles de la excursión y podemos alistar nuestras cosas. Todavía tenemos tiempo de desayunar, pasear un poco y visitar el reloj emblema del pueblo.
A las 11 nos reunimos con nuestro guía (Gregorio), su mujer (Dora la Batidora) y cocinera del grupo y los compañeros: Marco de la Paz y un matrimonio bretón (Rafael y Marie Elena). Subimos al Toyota LandCrusier y nos dirigimos hacia el cercano cementerio de trenes. En esta explanada a las afueras del pueblo yacen abandonadas una veintena de antiguas locomotoras al lado de la vía férrea que todavía hoy une Uyuni con Chile. En sus restos oxidados suben a diario curiosos turistas que se dirigen al salar.
Seguimos y ya a las orillas del salar, visitamos el pueblo de Colchani donde procesan la sal yodada que después comercializarán. Aquí también se pueden comprar varios artículos hechos con sal como unas bonitas llamitas. A pocos minutos ya ingresamos al encegador salar, yendo primero a la zona donde extraen la sal dejando curiosas montañitas que crean un paisaje muy particular.
Ya a mediodía llegamos al Hotel de Sal, un edificio construido con adobes de este material. Almorzamos carne de llama y seguimos por la infinita superficie blanca donde sólo destacan las lejanas montañas del horizonte, que se asemejan a naves espaciales por efecto de la refracción, y la línea negra que dejan el paso de los todoterrenos de los tours.
En la tarde visitamos la Isla del Pescado o Inca Wasi. En medio de la crosta de sal, emerge este pedazo de roca de origen volcánico inundada de enormes cactus, que alcanzan hasta los 12 m de altura. Seguimos la ruta, ya sin parar hasta las orillas del salar, para llegar a Atulcha antes que anochezca. Allí nos alojamos en un hotel de sal.















Al día siguiente arrancamos temprano rumbo al sur, entre volcanes y paisajes desérticos por donde deambulan llamas, vicuñas, vizcachas, zorros, lagartos, etc. Paramos a comer en una yaretera. Las yaretas son una especie de arbustos muy espesos en forma de roca de color verde intenso. En la tarde llegamos a la zona de las lagunas (Cañapa, Hedionda y Honda), todas ellas con grupos de flamencos de tres especies (andinos, chilenos y de James). Seguimos por el Desierto de Seloli hasta llegar al Árbol de Piedra. A las cinco de la tarde llegamos a la espectacular Laguna Colorada, el agua de la cual toma este color por los microorganismos y algas que en ella se encuentran, sobretodo cuando el viento sopla con intensidad. Ingresamos al Parque Eduardo Avaroa y ya vamos directo al campamento donde pasaremos la noche.













Nos levantamos a las 5 de la mañana para ver el amanecer en la zona de los géiseres conocida como Sol de mañana. A 4850 msnn y -6ºC se hace difícil disfrutar de las humeantes pozas de barro hirviendo. Seguimos hasta las aguas termales de Quetena Grande, donde nos damos un baño y desayunamos. Atravesando el Desierto Dalí, con formaciones rocosas donde dicen que se inspiró el famoso pintor, llegamos a la Laguna Verde. No tenemos mucha suerte ya que las aguas no tienen un color demasiado intenso, aunque es bonita la vista del volcán Llicancahur reflejado en la laguna. Llegamos hasta la frontera chilena, porque Marco se queda allí. Después regresamos hasta las aguas termales para recoger a la cocinera. De camino de regreso a Uyuni pasamos por la otra orilla de la Laguna Colorada, por paisajes de aguas heladas y rebaños de llamas. Almorzamos en Villa Mar, rodeada por una pared de rocas impresionantes y con una curiosa plaza. En la tarde visitamos el Valle de Rocas, con formaciones que dan alas a la imaginación. Ya por carretera, a pocos kilómetros de Uyuni visitamos el pueblo de San Cristóbal donde se encuentra una bonita iglesia que fue trasladada piedra a piedra desde su emplazamiento original. Al atardecer llegamos a Uyuni. Nos alojamos en el Hostal Avenida.
















Información práctica:
- flota Potosí-Uyuni: 20 Bs. / 7h.
- tour Salar (agencia Andes Salt Expeditions): 70$
- ingreso isla Inca Huasi: 15 Bs.
- ingreso Reserva Nacional Eduardo Avaroa: 30 Bs.
- Hostal Avenida en Uyuni: 50 Bs. habitación doble con baño compartido
- tren “Wara Wara” Uyuni-Oruro en clase salon: 40 Bs. / 7h30min.

Potosí

15 a 17 de abril, 2008

Aprovechamos para descansar y recoger las cosas. Un desayuno en el mercado y a mediodía vamos a la Terminal. Nuestro siguiente destino: Potosí, donde llegamos a media tarde. Unos policías turísticos nos hacen llevar a un hotel, pero no nos gusta y después de dar unas vueltas encontramos el Hostal Maria Victoria. Vamos a la calle donde se encuentran las agencias para contratar un tour a las minas. Vamos al Arco de Cobija desde donde hay buenas vistas del Cerro Rico. Ya tarde, queremos pasear pero con el frío terminamos metiéndonos en un cine donde estamos los dos solos. De noche hace un frío de miedo; por suerte la habitación tiene calefacción.







Bien temprano nos presentamos en la agencia Koala para ir a la mina. Primero nos equipamos con toda la indumentaria minera: pantalón, chaqueta, botas y casco con frontal. Ya bien ataviados, vamos al mercado minero donde compramos coca, refresco y dinamita. Después visitamos los ingenios donde se selecciona la plata desde hace siglos. Finalmente subimos al Cerro Rico, donde ingresamos en la Mina Candelaria. Allí hacemos un recorrido de dos horas por angostos y polvorientos túneles, donde nos vamos cruzando con mineros empujando las vagonetas llenas de mineral. Visitamos el museo con el Tío, y bajamos cuatro niveles en los que podemos constatar la dureza de trabajar allí. Al salir hacemos explotar unos cartuchos de dinamita para ver el potencial de estos. Aprovechamos el resto del día para pasear por las bonitas calles potosinas, con varias iglesias y edificios coloniales, con bonitos balcones de madera.









Comiendo pan con quesillo, llegamos puntuales a la Casa de la Moneda para la visita de las nueve. Este museo se ubica en el edificio barroco que se construyó en el siglo XVIII para ser sede de acuñación de monedas hasta mitad del siglo XX. En la parte superior se pueden ver pinturas de la época, destacando las de estilo criollo como el cuadro de la Virgen del Cerro. Después se visita toda la maquinaria con que acuñaron las monedas, de los sistemas más antiguos accionados con caballos a las modernas máquinas eléctricas, al igual que una completa muestra de las piezas que salían del lugar. También hay una exposición de minerales extraídos del cerro, otra de arqueología con impresionantes momias de niños y una de objetos de plata. Cuando salimos vamos directo al Museo Convento de Santa Teresa, donde se ve el aislamiento que sufrían las novicias que ingresaban al lugar. De allí vamos hasta la parada de buses a Uyuni para comprar pasajes para la misma noche. En la tarde visitamos el Museo Convento de San Francisco, este de hombres. En la iglesia se encuentra el impresionante Cristo de la Veracruz. Se visitan las catacumbas y se puede subir al tejado que hace de mirador de la ciudad y el Cerro. Mientras llovizna paseamos por el mercado artesanal donde hacemos varias compras. Ya sólo nos queda tiempo de recoger las mochilas e ir a buscar la flota. A las siete partimos hacia Uyuni.








Información práctica:
- flota Sucre-Potosí: 20 Bs. / 3h30min.
- Hostal Maria Victoria: 100 Bs. habitación doble
- tour Mina Candelaria (agencia Koala): 75 Bs.
- ingreso Casa de la Moneda: 20 Bs. (10 Bs. nacionales)
- ingreso Convento Santa Teresa: 10 Bs.
- ingreso Museo Mirador San Francisco: 15 Bs.

Tarabuco

13 de abril, 2008

Es domingo, y hay que aprovechar para ir al pueblo de Tarabuco, donde se celebra feria. La plaza principal se ha convertido en un mercadillo de artesanías para los turistas, pero adentrándose en el pueblo por la zona del mercado campesino todavía se puede ver a los tarabuco haciendo su vida cotidiana. Esta comunidad se caracteriza por su particular vestimenta con un poncho a rayas de colores y la montera de cuero decorada con lentejuelas. Pasamos el día paseando de la plaza (donde destaca la iglesia y una estatua de un guerrero yampará venciendo a un soldado español) a la cancha para ver el ambiente. También visitamos un museo con muestras de los coloridos tapices que realizan. En la tarde regresamos a Sucre, donde cenamos Pique Macho y salimos un rato.







Día frío y nublado. Terminamos la visita que dejamos a medias en el Museo Textil. Después quedamos con Cesita y vamos al Parque Bolívar donde se alza una reproducción de la Torre Eiffel. Cerca se encuentra la antigua estación de ferrocarril. Vamos a comer platos típicos: mondongo y ají de lengua, los dos súper-picantes. En la tarde vamos al castillo de la Glorieta, antiguo principado del siglo XX propiedad de un banquero, situado a escasos quilómetros de la capital. Paseamos por los bonitos pero decadentes jardines y apreciamos el fantasioso edificio desde el exterior, ya que está en refacción. Después de un paseo por la plaza, vamos a jugar ping-pong en un centro universitario.




Información práctica:
- flota Sucre-Tarabuco: 7 Bs. / 2h.
- truffi Tarabuco-Sucre: 8 Bs.