Diadup: Islas de San Blás

17 al 20 de septiembre, 2008

A las cuatro de la mañana ya estamos en el aeropuerto de Albrook. Con avión de hélices volamos a El Porvenir, situado a un extremo del Archipiélago de San Blás. Este conjunto de más de 600 islas son habitadas por la Comunidad Kuna. Nos vienen a recoger Nemesio y Graciliano con quien navegamos una hora hasta llegar a Diadup, la islita donde nos alojaremos durante tres días. Allí habitan cuatro familias de la etnia Kuna que conviven con los turistas que llegan a las cuatro cabañitas que regenta Ina Robinson. Nosotros coincidimos con cinco israelíes y dos americanas. El primer día aprovechamos para ir a la Isla del Perro, también con playas blancas y aguas color turquesa pero con la peculiaridad que a pocos metros de la playa hay hundido un barco para bucear entre corales y peces multicolores. Ahí solo vive una familia y el ingreso cuesta 1 US$. Las vistas son espectaculares: con el cielo y el mar que se funden en uno y pequeñas islas con conjuntos de palmeras que se recortan en el horizonte. Regresando, ya en la tarde, nos sorprende una fuerte tormenta. Nos refugiamos un rato en nuestra cabaña de caña hueca con techo de palma y suelo de arena con una solitaria cama de matrimonio. Al rato mejora el tiempo y vamos a pasear por la isla; conocemos a un grupo de mujeres y niños muy divertidas de una misma familia que salen a vendernos molas. Las molas son tejidos bordados con telas de colores vivos que representan formas y animales de la mitología y el entorno kuna; se pueden usar como adorno, hacer carteras, camisetas y las mujeres kuna las llevan costuradas en su blusa. Además de la blusa visten un pareo también de colores vivos y una pañueleta generalmente roja con figuras amarillas. En sus piernas lucen unas winnie hechas de mostacilla (bolitas de colores) desde el tobillo a la rodilla; lo curioso es que a medida que se lo envuelven van formando figuras geométricas que coinciden perfectamente. En la cara: las mejillas con colorete rojo, una nariguera de oro y las más ancianas una línea negra perfecta que va desde la frente a la punta de la nariz. Resiguiendo la playa llegamos al final de la isla donde conocemos otra familia. Allí, mientras nos sorprende ya del atardecer nos tomamos un agua de coco. En la noche, unas partidas de cacho y unos Ron Abuelo nos llevan a la cama.











Al día siguiente disfrutamos por completo de la isla. Damos una vuelta entera pasando primero por una zona rocosa y después ya llegamos a las playas de arena blanca. Allí nos quedamos horas buceando, junto con los niños que encuentran cangrejos bien curiosos y se mueven por el agua como peces. Ya cansados nos vamos a dar una ducha en el artilugio que hay montado: metes agua en una botella con agujeros en el tapón y voila. El baño es aun más curioso ya que tienes que pasar por una pasarela hasta una cabina de madera puesta encima del mar, con una silla y una tapa de water. Después de comer descansamos en la cabaña para dejar pasar la típica lluvia del mediodía. Más tarde salimos de nuevo a hacer negocios con las kuna para comprar molas. Cargados regresamos a las cabañas donde también regateamos un buen rato con Rosalina, la dueña de la tiendita de la isla junto con su marido. Para cenar un rico centollo.











El último día disfrutamos de otra mañana bien soleada. Conocemos a otra familia. Pasamos media mañana con ellos, mientras le colocan una winnie a la Eve, nos muestran una tortuguita marina y un niño se sube a una palmera para bajarnos un coco. Después nos pasamos otro buen rato haciendo snorkel entre peces preciosos y disfrutando de las vistas paradisíacas. Cuando parece que ya hemos visto todo: sorpresa! Unas enormes y preciosas estrellas de mar amarillas y rojas que se han acercado a la playa. Emocionados vamos a comer. Justo después salimos a conocer la comunidad de Río Sidra. Ésta se encuentra justo enfrente de nuestra isla, lo habitan unas 400 personas y es donde hay el colegio; cada mañana los niños van hasta allí desde las islas con botes. Damos un paseo por sus calles con el Ina y regresamos de nuevo a Diapdup. En la tarde vamos a despedirnos de las familias de la isla y aprovechamos para obsequiar a los niños con unos juguetitos y caramelos que habíamos traído. La última noche escuchamos atentos las leyendas kuna que nos cuenta Ina bajo las palmeras y las estrellas.















El día siguiente ya toca irnos de este paraíso. Temprano nos levantamos pero aun así perdemos el avión. Esperamos hasta mediodía para irnos con los otros chicos hasta Cartí donde cogemos un 4x4 que nos lleva a Panamá City.


Información práctica:
- vuelo Aeropueto Albrook-El Porvenir (San Blas) con Air Panama: 58$
- ingreso San Blas (Congreso General Kuna): 2$
- Isla Diadup (San Blas)
- cabaña: 20$ x persona/noche
- traslados + 1 excursión: 15$
- excursiones extra: precio según número de participantes
- ingreso Isla del Perro: 1$
- contacto: Ina Robinson (tel: 2999058 - cel: 65384980)
- 4x4 Cartí- Panamá: 30$ / 3h30min.

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